Pero, ¿cómo sabe el perro en qué dirección corrió el ladrón? Eso también es un milagro. Dios creó al perro de tal manera que compara el olor de una huella con la huella anterior a una velocidad de relámpago. Aunque las diferencias son mínimas, se da cuenta de cuál es la huella más fresca. Esto le indica en qué dirección ha corrido el ladrón.