08: En vez de un triste final, ¡un nuevo comienzo!
Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo pronunciado la bendición, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo:
—Tomen, esto es mi cuerpo.
Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, y todos bebieron.
Marcos 14:22-23
Jesús ya había dicho varias veces a sus discípulos que pronto tendría que sufrir y morir. En la cena de Pascua volvió a recordárselo. Pero Jesús también habló del futuro: Su muerte no sería un triste final, sino más bien el principio. Tres días después de su muerte, Jesús iba a resucitar. Los discípulos iban a verle antes de que volviera al cielo.
Pan y vino
Esta comida no fue una cena de Pascua cualquiera. Fue un acto especial que más tarde se llamó la Cena del Señor o la fracción del pan. El pan y el vino recuerdan a los cristianos hasta el día de hoy que Jesús sacrificó su vida y derramó su sangre.
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