06: Corderos de Pascua

Juan el Bautista dijo de Jesús en Juan 1:29:
“¡Miren, ése es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!”

Durante la Pascua, los israelitas recordaban el tiempo en que Dios los había rescatado de la esclavitud en Egipto. En aquel momento, los corderos de la Pascua tenían que morir para que el pueblo pudiera ser liberado de la esclavitud en Egipto.

Los israelitas también miraban hacia el futuro y esperaban el momento en que Dios les salvaría del pecado. Había prometido enviarles un Salvador. Juan sabía que el Señor Jesús se convertiría en el cordero de Dios como sacrificio por el pecado.

Los corderos de Pascua no merecían morir. Jesucristo, el perfecto Cordero de Dios, tampoco lo merecía. Son las personas las que merecen morir, porque todas han pecado. Pero a través de Jesús, cada persona puede recibir el perdón de sus pecados.

Manualidad: Cordero de lana




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