La técnica es muy sencilla, consiste en utilizar intervalos de tiempo de 25 minutos en los cuales solo te dedicas a una tarea o un deber en concreto.
En estos 25 minutos estás totalmente concentrado en la tarea: no se puede coger el teléfono, navegar por internet ni hacer nada que no sea ese deber.
Después descansas 5 minutos y vuelves a trabajar durante otros 25 minutos.